Por más de 400 años, la Basilica de Esquipulas, Guatemala ha visto miles de milagros y generaciones de mi familia pasar por sus puertas. El milagro más grande que mi pequeña alma de 29 años ha sentido fue la calma brisita de mis antecedentes saludándome, “Bienvenidos, Yita."
For over 400 years, the Cathedral of Esquipulas, Guatemala has seen thousands of miracles and generations of my family pass through its’ doors. The biggest miracle that my small 29 year old soul has witnessed was the small zephyr of my ancestors whispering, "Welcome, Yita”.